Todo empezó por el año 1999 cuando Hector Lalín, por entonces presidente de
El 29 de diciembre de 2000 Blanquiceleste Sociedad Anónima se hizo cargo del fútbol y del estadio de Racing. El empresario Fernando Marín pasó a ser el encargado de las ilusiones racinguistas que adoptaron el gerenciamiento con mucha alegría creyendo que la mala racha había pasado.
Los buenos resultados no tardaron en llegar en el clausura 2001 con la incorporación de Reinaldo Merlo como director técnico, el club de avellaneda logro safar de un promedio más que ajustado y permanecer en primera división. En el siguiente semestre, con 11 nuevos refuerzos, Racing logro coronarse campeón del Apertura tras 35 años de sequías.
Pero el amor por la gerenciadora duró poco: la ruptura del entrenador estatua con Marín, la falta de refuerzos, las ventas extrañas de jugadores y los malos resultados deportivos pusieron a Blanquiceleste en el foco de todos los ataques.
En el 2006 tras las constantes críticas de los hinchas de Racing Marín deja de ser el presidente de Blanquiceleste y asume ese cargo Fernando de Tomaso. Pero el cambio de titular no logró que los ánimos se aquieten, por el contrario, operaciones fraudulentas, deudas con el plantel, cheques sin fondo, extrañas ventas de pases de juveniles, pedidos de quiebra, y Racing otra vez peleando por no descender turbaban los ánimos de esta vereda de Avellaneda.
Los hinchas volvieron con los pedidos a elecciones mientras marchas multitudinarias reclamaban el fin del gerenciamiento.
En este clima enrarecido Héctor Garcia Cuerva asume como interventor y solicita la rescisión del contrato de Blanquiceleste. Avalado el pedido, el 7 de julio De Tomaso dejó de estar al frente de Racing y se le declaró la quiebra a la empresa.
Sin embargo los males del club del sur no terminaron con la ida de Blanquiceleste. Si bien pudo salvarse del descenso durante la pretemporada el plantel realizó una huelga por la falta de pago de unas primas que terminó con el equipo sin la preparación física programada, varios referentes se fueron mal del club y la llegada de refuerzos terminó siempre en escándalos.
Racing comenzó el torneo Apertura con un plantel diezmado y poblado de juveniles que tras la primera fecha ya estaba en zona de promoción.
Sin embargo y contra todos los pronósticos los corazones racinguistas siguen fieles. Sus hinchas sueñan con volver en el
Rocío Godoy
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