Dos equipos con diferente historia copera armaron un duelo retro, con goles de pelota parada, codazos y expulsiones. El Pincha quedó mejor parado para la revancha, el empate lo hace estar tranquilo la próxima semana en su propia cancha.
Por las patadas, los codazos, la adrenalina, los empujones, el desarrollo vibrante, el juego cortado, los goles de pelota parada, las expulsiones y la expectativa por una revancha picante... Argentinos y Estudiantes armaron el clásico duelo de Copa, toda una marca identitaria para los dos equipos por sus pergaminos en los 60 y los 80.
Se esperaba un duelo picante y así salió. Estudiantes, con el gol de visitante, quedó mejor parado para la revancha en La Plata.
Estudiantes, enel primer tiempo, mostró una mayor madurez para salir bien parado de este primer duelo. Firmes los centrales, por momentos con buen juego a partir de las triangulaciones de Verón, Benítez y Salgueiro, dio la sensación de que podía haber sacado una diferencia más amplia. Argentinos, mientras, iba como podía. Más todavía cuando quedó 0-1. Pero, salvo un cabezazo de Pavlovich, en esos 45 minutos sólo inquietó con tiros desde afuera.
La segunda parte fue diferente. Argentinos mantuvo la aceleración para presionar, pero le agregó toque y fútbol, en especial con Ortigoza y Mercier. Y salió Verón, con lo que eso implicó: lo sufrió Estudiantes, se agrandó su rival. Argentinos empató, empujó y dominó a fuerza de centros y cabezazos, como el que le sacó Andújar a Recalde. O como la jugada polémica: la empujó Pavlovich y el arquero metió el manotazo desde adentro.
Ninguno de los dos equipos está en la final... esta historia de empujones, patadas y nervios.... Continuará en una semana...
Por Melina Abálsamo
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