Quedó confirmado, ante la Justicia, que los barras de Huracán fueron a buscar a los del Ciclón por un pacto en el momento. Y al igual que los dos anteriores, el tercer herido se negó a identificar a sus agresores.
Es facil decir que los hinchas de San Lorenzo atacaron a los Huracán el sábado pasado cuando regresaban de la cancha de Vélez. Sin embargo, nadie habla, pero de a poco la Justicia fue recabando información de lo que ocurrió ese día, en Viel y Cobo, y llegaron a la hipótesis que menos querían escuchar. No fue una emboscada casual, sino la de un enfrentamiento pactado en el momento y que fue un milagro que no haya fallecido nadie.
A esta conclusión, se llegó luego de una tercer ronda de declaraciones de testigos y heridos en el enfrentamiento Uno de los testigos clave fue uno de los choferes de los micros, quien admitió que la idea inicial era dejar a los barras de Huracán en la plaza José C. Paz. Una vez que llegaron ahí, varios se bajaron pero unos minutos después otro grupo le pidió que los acercara hasta Cobo y Viel. Y como declaró que él iba para esa zona, los llevó.
La Policía recogió versiones de los vecinos que hablaban de más de 80 barras del Ciclón reunidos en el lugar desde las cinco de la tarde, y cerca de 50 de ellos habrían participado de la guerra.
Es dificil llegar a identificar a los autores de los disparos. El lunes, un herido había dicho que lo atacaron cuando le robaron la moto y otro decidió no hacer la denuncia. Ayer, el tercer herido del Globo, con un balazo en la pierna que le provocó fractura en el peroné (fue trasladado del Penna al hospital Británico), declaró que iba en uno de los micros de la barra, que se bajaron en Avenida La Plata, hicieron unos pasos y recibieron la balacera y que no puede identificar a quienes gatillaron.
La violencia en el futbol es un tema que hablamos seguido, pero esta vez, los hinchas son cómplices de este enfrentamiento. La Justicia sólo espera un arrepentido que cuente lo que todos callan para poder ir sobre los barras. Caso contrario, otro hecho de violencia en el fútbol, quedará impune.
Por Melina Abalsamo
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