domingo, 16 de noviembre de 2008

San Lorenzo festejaba pero Newell's lo amargó


Cuando San Lorenzo comenzaba a festejar y sentirse campeón en pleno Coloso del Parque Independencia, se encontró con una noche de terror desagradable: un empate que complica, que preocupa, que inhibe entusiasmos, que lastima. El 3-3 ante Newell's fue para el equipo de Miguel Russo lo más parecido a una derrota...Con la igualdad, al equipo de Russo lo alcanzó Tigre, y son los dos únicos líderes del Apertura.

San Lorenzo fue más lúcido y más astuto en el comienzo. Entró sin dudas, sin respeto, no esperó a ver qué hacía su rival, lo fue a buscar. Y obtuvo su premio por partida doble en menos de un cuarto de hora. Porque con la inspiración de Pablo Barrientos, el equipo de Miguel Russo consiguió una ventaja enorme en un partido bravo: a los 13 minutos, ganaba 2-0.

Lo que siguió a esa ráfaga festiva fue un partido trabado, áspero, intenso. Con un detalle relevante al respecto: el negocio de un partido con muchos roces y con los arcos lejanos era para San Lorenzo. Entonces, metieron todos. De un lado y del otro. Esos dos goles consiguieron otra cosa valiosa para el líder del Apertura: tranquilidad; esa tranqulidad que tanto reclama su técnico Russo para resolver esta instancia de definiciones.

San Lorenzo se afianzó como un equipo sólido en defensa. Todo el tiempo, ante cualquier posesión ofensiva de Newell's, había no menos de ocho o nueve futbolistas detrás de la línea de la pelota. Un síntoma de solidez y de tranquilidad. El carácter friccionado del partido, además, favorecía a ese San Lorenzo que estaba con dos goles de ventaja y con la sensación de fortaleza reestablecida. Así se fueron al descanso.

Cuando regresaron sobre el césped del Coloso, Newell's sabía que no tenía otra alternativa que ir a buscar todo y con todos. Y en esa búsqueda tuvo un par de minutos en los que sintió que la historia se podía revertir: primero, descontó con una estupenda aparición de Cristian Fabbiani; apenas después, San Lorenzo se quedó con un jugador menos, expulsaron a Juan Torres. Pero no le duró mucho el entusiasmo al equipo de Fernando Gamboa: a los 24 minutos, Lunati vio un discutido penal y Adrián González , a quien se lo cometieron, lo cambió por gol con su implacable pie derecho. Tres a uno. Un golpe anímico relevante para Newells y otra vez la ilusión y el festejo para San Lorenzo.

Pero había más en un partido en el que todo parecía posible: Newell's se quedó con diez y sin entrenador, por las expulsiones de Insaurralde y de Gamboa, y descontó en breve (a través de Vangioni), cuando quedaban doce minutos por delante. Y fue a buscar. Quiso, insistió, metió mucha gente en el área de Agustín Orion. Y en cinco minutos cambió la amargura por un empate con sensación grata, luego de un gol de guapo convertido por Diego Torres.

No fue la última emoción. Había para más. Pero no. Fue 3-3. Y final. Y un tropezón más para San Lorenzo, que esta vez la tranquilidad le jugó una mala pasada. Pero dicen... no está muerto quien pelea... y al Cuervo, le quedan 4 fechas para demostralo.


Por Melina Abálsamo

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